Buenos Aires, década de los 40. Dos niños prodigio del piano se conocen en casa de un violinista y empresario que celebra veladas de música de cámara.
Los chicos, Daniel Barenboim y Martha Argerich, de siete y ocho años respectivamente, juegan a esconderse bajo el piano. Martha toma clases con el gran Vicente Scaramuzza. A Daniel le enseña los secretos del instrumento su propio padre, que también estudió con Scaramuzza. Pocos años después, ambos abandonan Argentina para cursar una brillante carrera internacional.
“Ya desde la niñez tenía la capacidad de tocar el piano de un modo impactante -la elogió recientemente Barenboim-. Nunca fue una virtuosa mecánica a la que le importara sólo la velocidad. Por supuesto, era capaz de eso, pero iba más allá y extraía del piano una cantidad increíble de colores”, publicó DPA.
Con su amigo
Martha celebró el domingo sus 75 años, como corresponde, con música en Berlín, y junto a Barenboim. La música ha dominado sus vidas y por eso protagonizó la celebración: tocaron la Sonata para dos pianos KV 448 de Mozart y los Conciertos números 1 y 2 de Beethoven, informó Deutsche Welle.
La mítica sala, con entradas agotadas desde hace meses, se convirtió por un día en un espacio de homenaje a una de las pianistas más celebradas de la historia, con pasteles en el entreacto y tarjetas con el lema “¡Feliz cumpleaños, Martha Argerich!” en las que el público podía dejar sus saludos.
En el hall de la sala, el nuevo embajador argentino en Alemania, Luis María Kreckler, se sorprendía por el amor del público berlinés hacia Barenboim y Argerich: “es increíble tener dos músicos argentinos de este nivel”.
El propio Barenboim entusiasmó al público al salirse de programa con un “Feliz cumpleaños” interpretado por la Staatskapelle (la orquesta de la Ópera Estatal de Berlín). Argerich se sumó, divertida al piano, y el público entonó de pie la canción.
Celebridades mundiales
En su página de Facebook, el sello alemán Deutsche Grammophon, que alberga las grabaciones de Argerich, acostumbra recordar los aniversarios de los principales compositores con un retrato acompañado del consabido “Happy birthday” enmarcado en su clásico sello amarillo.
El domingo, además de un saludo escrito, por primera primera vez se vio una producción con mensajes muy afectuosos de varias celebridades musicales actuales para su colega. Allí aparecen Jan Lisiecki, Ricardo Chailly ,Yundi, Vanessa Ranelli Mosel, Yuja, Yannik Nezet-Seguin y al final Seong-Jin-Cho, que le dedicó un inspirado Claro de Luna, de Beethoven, enlazado con el feliz cumpleaños.
Argerich y Barenboim estuvieron dos décadas alejados, pero en los últimos años intensificaron sus actuaciones conjuntas, sobre todo en Berlín.
Buenos Aires es otro de sus lugares en el mundo, y ambos músicos volverán a compartir escenario, en el Teatro Colón, a principios de agosto.